Caminaba
rápido por la acera. El pequeño chapoteo de mis pies en los charcos dejados por
la lluvia me indicaba que al menos era consciente de algo en la realidad. Mis
pensamientos divagaban en los recuerdos y la fantasía, más lo primero que lo
segundo.
Mis manos
estaban frías y enterradas en el fondo de mis bolsillos, una bufanda colgaba de
mi cuello y una chaqueta negra me cubría de la brisa sublime que caía mojando
mis cabellos, dejándolos caídos y sin vida sobre mi frente, al mismo tiempo que
intentaba ubicarme en medio de la calle vacía.
Un
automóvil pasó a toda velocidad justo antes de que yo cruzara la calle y logré
divisar a un hombre bastante ocupado con su teléfono celular como para
prestarme atención. Una mirada urgente a ambos lados para asegurarme de que no
había más conductores nocturnos y continué mi camino.
No fue
hasta que vi las luces del establecimiento que me percate que había llegado.
Froté mis pies en el tapete de entrada y jalé de la puerta. Una vez adentro me
recibió un calor hogareño que me hizo sentir cómodo. La pequeña luz parpadeante
había sido arreglada, había una nueva dependienta que me sonrió cuando se
percato que la miraba, el color era un poco más oscuro: todo era diferente
desde la última vez.
Era el
único. Tomé la mesa junto a la ventana, desde ahí la vería entrar en el momento
menos esperado como era su costumbre. Era impresionante como después de todo
podía seguir añorando verla, introducirme en sus ojos y así calmar mi ansiedad.
Miré el
reloj quince minutos para las ocho. Había llegado temprano y ella no aparecería
hasta dentro de un rato. Puse mi mirada en la chica detrás del mostrador que
parecía dispuesta a ir y pedir mi orden en cualquier momento, así que le hice
una señal que indicaba que esperaría.
Recordaba
la primera cruzada de miradas, la primera cita, el primer beso como si lo
hubiera vivido hace solo un minuto. También recordaba la parte mala: el
desinterés, la falta de empatía, la lenta y tortuosa decadencia de todo.
La conocí
por una simple casualidad, una coincidencia. Ella y yo sólo compartíamos algo
antes de llegar a conocernos: el café de la quinta avenida. Ese lugar donde curiosamente
ahora me encontraba sin más dato que una llamada registrada a las 3:32pm un día
antes y grabada en mi contestadora mientras yo comía en casa de mi madre.
Ahora, aquí estaba yo, esperándola.
Era
martes, dos años atrás. Todo alrededor era de tonos distintos de naranja y
marrón debido al otoño que desteñía y hacia caer las hojas de los árboles que
bordeaban la ciudad. Yo me
mantenía bien abrigado en el interior de aquel lugar, simplemente acogedor,
donde servían un buen cappuccino y había poca gente.
Estaba
sumido en mi blog de notas, letras de canciones por todas partes y algunos
garabatos sin sentido de cuando tenía falta de inspiración, cuando sentí una
cálida respiración cerca de mi hombro que me provocó un escalofrío. Giré mi
rostro suavemente, como si quisiera darle tiempo al entrometido de desviar la
mirada y evitarme un momento incómodo, pero no tuve suerte. Me topé con unos
ojos marrones y fruncí el entrecejo de modo que se notara mi
inconformidad. Lo sé, podría frustrarme realmente rápido mis hermanos incluso
me tenían apodos al respecto.
—Se te…— pero
no me dejó terminar.
—Es hermosa.
Me ha llegado—dijo calmada como si no viera mis intenciones.
— ¿Qué?—La
letra es hermosa, tan madura, sutil; simplemente perfecta.
—Pero le
falta un buen título—dije inconscientemente aturdido por los comentarios
positivos hacia mi trabajo.
—Creo que
puedo ayudar con eso—respondió sonriente.
Y ahí
había sentido que alguien me comprendía, que compartíamos más que un simple
café y que llegaríamos lejos juntos.
Me la
gané poco a poco, fuimos inseparables por meses y todos pensaban que era sólo
cuestión de tiempo que, simplemente y pasara lo que pasara, estábamos destinados
a estar juntos. Recordé las risitas que dejábamos al pasar, tan infantiles, tan
lejanas.
En aquellos
tiempos sencillamente me había encerrado en mi propia burbuja de felicidad
componiendo día y noche sólo para ella y, pensándolo bien, aun lo hacía. En
aquellos tiempos jamás me pasó por la mente el cómo acabaría todo, pero ¿quién
lo haría viéndome en ese momento? Era imposible pensar en el final de eso porque
ni siquiera podía pasar un día con ella sin reír hasta que me dolieran los
músculos del abdomen “mejor que una tarde en el gym” me decía.
Nada
lograba sacarme de aquel estado masoquista, me repetía a mi mismo que ella no
vendría porque, después de todo, ¿para qué querría verme? No sería justo
hacernos esto, hacérnoslo de nuevo. Aun así, continué inmutable en mi lugar con
la mirada perdida por la ventana esperando pacientemente y nuevos recuerdos
regresaron a mi mente, pero esta vez me atacaron por la espalda como grandes
cuchilladas…
Me habían
diagnosticado una enfermedad sin cura y eso me derribó. Pase un tiempo internado
y la primera noche ella se quedó conmigo. Su cuerpo descansaba en una silla junto
a mi dura cama de hospital y su mano nunca soltó la mía.
En la luz
mortecina que había en la habitación podía verla. En sus mejillas las lágrimas
que había derramado por mi culpa. Eso fue la gota que derramó el vaso, una cosa
era que no pudiera evitar que mi familia sufriera porque después de todo era mi
familia, pero ella… a ella sí que la podía sacar de todo esto.
Decidí
pensar en unas cuantas cosas para decirle, la conocía por lo que no fue difícil
decir las palabras cortantes que le rompieron el corazón. En ese momento necesitaba
hacer que me odiara, que no se le pasara por la cabeza volver.
Ahora me
daba cuenta, lo había logrado. Después de eso ya no me llamo, así que supuse
que ese era el fin, pero mi terco corazón no lo asimilaba y se aferraba con
todo para no dejarla ir. Algo cambió y entonces era yo quien la buscaba
desesperadamente, la llamaba, pero ella jamás llegó a contestar. Tiempo después
supe que se había ido.
Siete
meses habían pasado y por cosas de la vida ella apareció. Tuve una oportunidad,
pero de nuevo lo arruiné. Comenzamos una justa: ella me reclamaba y yo hacía lo
mismo. Salí hecho una furia ese día, caminando como loco desquiciado por las
calles, lanzando miradas cargadas de ira y frustración a todo aquel que se
cruzaba en mi camino.
Fue hasta
el tercer semáforo en rojo cuando tomé conciencia de que había pasado noches
enteras sin poder dormir, temiendo verla en mis sueños y después tener que
despertar. Giré en redondo, me gané una multa de tránsito y cuando regresé al
lugar donde habíamos estado ella había desaparecido.
Era por
eso que me había sorprendido, hasta casi caerme de espaldas, cuando vi la
llamada. Me quedé en shock simplemente por el hecho de que ella volviera desde
California, donde seguramente tenía una vida, amigos, quizás un más que amigo. Deseché
esa última idea porque me provocó un sentimiento de tristeza y celos, aunque
sabía, eso era posible.
Ella estaba
aquí, en la ciudad, casi podía verla tras mis párpados caminando en la acera
con su cabello cubriéndole la cara y sus mejillas llenas de color por el frío,
su mente seguro también pensaba en mí, en si le volvería a gritar, en si esto
sería buena idea, en si no era lo mejor solo dar la vuelta y regresar a casa.
Me vi
obligado a ver de nuevo el reloj, el tiempo había pasado rápido me quedaban sólo
cinco minutos para prepararme psicológicamente para el encuentro. No podía
dejar que me viera con esa pinta de “El mundo apesta, así que para que intentar
sonreír”.
Nerviosamente
revolví mi cabello en un intento de secarlo y apártalo de mi frente, me saque
la bufanda y la puse a un lado, esta vez intentando parecer relajado y
confiado. Ok, tampoco era buena idea ella detestaba a las personas con aire de
superioridad, y a las personas necias aunque resultara ella ser una; también le
gustaban los días lluviosos y fríos así que probablemente ahora estaría
encantada y de buen humor lo que era punto a mi favor; nada de rodeos con ella,
le gustaba ir directo al punto y ella misma lo hacía…
Había
tantas cosas, recordaba cada uno de sus gustos y disgustos, cada uno de
nuestros chistes privados donde terminábamos riéndonos en mitad de calle, su
buena relación con mis hermanos. Me reí como el propio estúpido para mí mismo,
al recordar las malas pasadas que me habían jugado ella y mis hermanos y una
sonrisa de lado se quedó en mi rostro.
En ese
instante ella cruzó la puerta. Hermosa, tan hermosa como la recordaba. Y me
dirigió una sonrisa, ese tipo de sonrisas que te dicen que sólo haría falta un
poco más y todo estaría bien…
***
Este
Shoot es para mi nena Cecii!!! Con la que comparto ésta loca obsesión!! :D Ja
creo que las Jonaticas (como nosotras) se dieron cuenta de quien es el chico
que narra?! O no?? Y si no la imagen les da UNA CLARA idea!! jajajajaja =D
Snif Snif
!! No se ustedes, pero se me salieron las lágrimas escribiéndolo, ja! Creo que ha quedado bien, me lo hice en un momento muy inspirador (Después de escuchar a
mi cuñado XD cantando Appreciate) :D Así que comenten que tal les pareció?? ;D
Te ah quedado Hermosoo!!! Ja!!1 Lo Volvía A Leer Es Demasiadooo Lindo, sabes hasta estubo a punto de sacare unas lagrimas :S hehehehe Uhmmm... Niñaaa No vuelvas a tardar tanto tiempo en publicar si? no seas mala!!!
ResponderEliminarUn Besoo y TKM!!
Susan.
Aunque ya lo sabes...ME ENCANTA!!
ResponderEliminarPero quiero segunda parte!!(cuanto antes mejor(pero sin prisa) :D(que lio de parentesis¿no?))
Ya tengo una cancion para que escuches!
No es justo...mi lista es muy larga! Nunca me da tiempo con todas :(
A q no sabes q me paso?? cuando ya iba a publikar el coment se me fue el internet y lo he tenido que hacerlo de nuevo :S
Un besito girl!TKM!
P.D. Asi me gusta!Portandote bien!! :)
HERMANITA :') awww que lindo que quedoo!! LO AMO! y que linda que eres awww todo tu esfuerzo :D pero FALTASTE TU!! :'( que vida tan mas aburrida sin ti jaja xP imaginate si no hubieras aparecido por mi blog, probablemente ahorita no estaria riendome, casi llorando y pues comentando jaja xP jaja y que bien yo soy parte de esas cosas de disgustos y gustos xD bueno ME ENCANTO CUÑADITA :') ya conectate que estoy aburrida "mjmj" xD jaja ya me voy a esperar a ver a que hora te conectas xP jaja Bye
ResponderEliminarBy: Tu hermanita y Cuñadita... Cecy ;)
Dos palabras:
ResponderEliminar¡Necesito mas!
En verdad son mas que dos.
Te quedo increible,me gusta mucho...
y coincido,quiero 2ª parte
Te quiero!!(L)Ruuth!!*